¿Qué tratamos?
TRASTORNOS ASOCIADOS AL TOC
Trastorno Dismórfico Corporal
Se presenta cuando aparecen preocupaciones obsesivas y exageradas por un defecto físico percibido real o imaginario que podría ser localizado, como un lunar, la calvicie, una asimetría, tus orejas, tu nariz, algunas arrugas y/o manchas en la piel, el tamaño o la forma de tus manos o pies, el volumen de tu abdomen, y el tamaño o la forma de tus pecho, entre otros; o general, como la masa muscular, grasa corporal o tu estatura.
Pueden ir acompañadas de comportamientos repetitivos para comprobar, ocultar o corregir el defecto percibido. Es posible que te mires constantemente en el espejo o cualquier superficie o, por el contrario, evitarlo por completo. También puedes compararte con otras personas, pedir reafirmación sobre tu apariencia o buscar conductas como maquillarte en exceso, cambiar de ropa varias veces o someterte a procedimientos estéticos en un intento de corregir el defecto que percibes. El miedo al rechazo y la vergüenza pueden llevarte a evitar reuniones sociales, hacer fotografías o incluso salir de casa, llegando a aislarte.
Puedes sentirte identificado cuando...
Aparecen pensamientos como:
- ¿Y si mi nariz es demasiado grande y todo el mundo lo nota?
 - Me veo completamente deforme en el espejo.
 - No puedo salir a la calle con esta piel tan horrible.
 - ¿Y si mi cara es asimétrica y parezco raro/a?
 - Siento que todos me miran y juzgan mi aspecto.
 - Me comparo con los demás y siempre me veo peor.
 
			
			Se presenta cuando aparecen preocupaciones obsesivas y exageradas por un defecto físico percibido real o imaginario que podría ser localizado, como un lunar, la calvicie, una asimetría, tus orejas, tu nariz, algunas arrugas y/o manchas en la piel, el tamaño o la forma de tus manos o pies, el volumen de tu abdomen, y el tamaño o la forma de tus pecho, entre otros; o general, como la masa muscular, grasa corporal o tu estatura.
Pueden ir acompañadas de comportamientos repetitivos para comprobar, ocultar o corregir el defecto percibido. Es posible que te mires constantemente en el espejo o cualquier superficie o, por el contrario, evitarlo por completo. También puedes compararte con otras personas, pedir reafirmación sobre tu apariencia o buscar conductas como maquillarte en exceso, cambiar de ropa varias veces o someterte a procedimientos estéticos en un intento de corregir el defecto que percibes. El miedo al rechazo y la vergüenza pueden llevarte a evitar reuniones sociales, hacer fotografías o incluso salir de casa, llegando a aislarte.
Puedes sentirte identificado cuando...
Aparecen pensamientos como:
- ¿Y si mi nariz es demasiado grande y todo el mundo lo nota?
 - Me veo completamente deforme en el espejo.
 - No puedo salir a la calle con esta piel tan horrible.
 - ¿Y si mi cara es asimétrica y parezco raro/a?
 - Siento que todos me miran y juzgan mi aspecto.
 - Me comparo con los demás y siempre me veo peor.
 
tricotilomanía
			Consiste en una necesidad recurrente e incontrolable de arrancarse el cabello en una o varias zonas de tu cuerpo. Esto provoca una pérdida significativa de pelo en diversas zonas como cabeza, cejas y/o pestañas, barba, nuca, e incluso en brazos y piernas. Esta conducta suele realizarse de forma automática, sin ser plenamente consciente de ello, o conscientemente, como respuesta a estados emocionales como ansiedad, aburrimiento o tensión. Cuando esta va acompañada de la ingesta del cabello, se denomina tricofagia.
Para intentar evitar la vergüenza asociada ante la posible crítica de los demás, puedes cubrirlo con gorras, pañuelos o maquillaje, evitando ciertos peinados o situaciones donde otras personas puedan notar las zonas afectadas. Algunas personas también experimentan una sensación momentánea de alivio o placer al arrancar el cabello, lo que refuerza la repetición de la conducta.
Puedes sentirte identificado cuando...
- Juegas con el pelo hasta dar con el que es «perfecto» para arrancar.
 - No puedes parar de hacerlo.
 - Te sorprendes cuando eres consciente del tiempo que llevas arrancándote pelos.
 - Sientes la necesidad de tocarte el pelo.
 
Trastorno de escoriación
Este trastorno se caracteriza por la necesidad persistente de rascar, pellizcar o hurgar la piel, provocando lesiones cutáneas. Puedes centrarte en imperfecciones reales o percibidas, como granos, costras o irregularidades en la piel.
Para intentar ocultar las marcas, es posible que utilices maquillaje, ropa que cubra las zonas afectadas o evites situaciones en las que tu piel quede expuesta. Sin embargo, cuanto más intentes corregir el problema manipulando la piel, más daño te generas, perpetuando un ciclo
Puedes sentirte identificado cuando...
- Tienes heridas, cicatrices e incluso infecciones en la zona afectada.
 - Te sorprendes rascándote.
 - No eres capaz de controlar el impulso de hacerlo aunque te duela.
 - Pasas mucho tiempo pellizcando o rascando la piel sin darte cuenta.
 
			
			Este trastorno se caracteriza por la necesidad persistente de rascar, pellizcar o hurgar la piel, provocando lesiones cutáneas. Puedes centrarte en imperfecciones reales o percibidas, como granos, costras o irregularidades en la piel.
Para intentar ocultar las marcas, es posible que utilices maquillaje, ropa que cubra las zonas afectadas o evites situaciones en las que tu piel quede expuesta. Sin embargo, cuanto más intentes corregir el problema manipulando la piel, más daño te generas, perpetuando un ciclo
Puedes sentirte identificado cuando...
- Tienes heridas, cicatrices e incluso infecciones en la zona afectada.
 - Te sorprendes rascándote.
 - No eres capaz de controlar el impulso de hacerlo aunque te duela.
 - Pasas mucho tiempo pellizcando o rascando la piel sin darte cuenta.
 
Trastorno de acumulación
			Este trastorno se caracteriza por la dificultad extrema que puedes sentir para deshacerte de objetos, incluso cuando no tienen un valor real o utilidad. Sientes una necesidad intensa de conservarlos, acompañada de un gran malestar ante la idea de tirarlos, perderlos o regalarlos. Con el tiempo, esta acumulación descontrolada puede hacer que el espacio de tu hogar se vuelva difícil de habitar, perdiendo su funcionalidad.
Los objetos pueden ser de cualquier tipo: correo, revistas, periódicos, ropa, libros, artículos promocionales, material de manualidades, electrodomésticos rotos, alimentos e incluso aquellos objetos que puedan llegar a ser peligrosos o insalubres. A diferencia del Síndrome de Diógenes, donde se acumula basura y existe un abandono personal y social, en el trastorno de acumulación no necesariamente te aíslas ni descuidas tu higiene, sino que se trata de una dificultad profunda para gestionar el apego a los objetos.
Puedes sentirte identificado cuando...
- Guardas objetos sin una razón clara, solo por la sensación de seguridad que te da conservarlos.
 - Sientes un apego excesivo a tus pertenencias y te molesta que alguien las toque o mueva.
 - Si otra persona se deshace de algo, sientes la necesidad de recuperarlo.
 - Evitas que otros entren a tu casa por miedo a que te juzguen o quieran deshacerse de algo.
 - Te cuesta devolver objetos que te han prestado.
 
